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2 de noviembre de 2013

Desatando nudos

Día 0
  • 2 meses de nervios, que aumentaron exponencialmente hasta llegar al límite de lo tolerable, física y mentalmente, en los últimos 7 días.
  • 14 días para proyectar financieramente un Plan B para sobrevivir en Roma los próximos 6 meses.
  • 40 gotas de tintura de Pasionaria cada noche, para poder dormir y seguir con todo al día siguiente.
  • 15 minutos de práctica de Yoga eran suficientes para calmar la ansiedad, y poder seguir con la práctica hasta el final, casi olvidando todo lo que faltaba definir.
  • 6 despedidas con amigos. 1 gran resaca. Cientos de besos, abrazos, y palabras de aliento.
  • 830 euros para 6 meses en Europa, autorizados por AFIP. Gracias loca, esta vez te pasaste.
  • Decenas de idas y vueltas para pergueñar el Plan A. 1 contundente rechazo. 0 explicaciones.
Cifra va, cifra viene, se fue tejiendo un brutal nudo en el estómago. Nada de hambre. O sí, pero la garganta estaba cerrada.

Por suerte podía dormir en las noches. Y reirme durante el día. Pero creo que me reía de los nervios.

Hoy ese nudo finalmente se desató, y se convirtió en un mar de lágrimas. Al fin pude llorar y largar todo.

Lloré de angustia, extrañando de antemano.
Lloré de orgullo, al darme cuenta de todo lo que cambió en mí este año. Que soy un poco menos cobarde que antes.
Lloré de emoción, al descubrir cuánta gente copada tengo cerca, muy cerca. Sentí MUCHO cariño y contención, no me esperaba tanto.
Lloré al darme cuenta que este gran sueño se volvió jodidamente real. Tan real que todavía no lo puedo creer.

El nudo se fue, las lágrimas se secaron.

Y ahora siento una paz plena, como un baño de agua tibia, puedo sentirlo en todo el cuerpo.
Estuve tanto tiempo tensionada que ya había olvidado que me podía sentir tan bien. Es una sensación maravillosa.

Acaba de empezar algo muy bueno. Estoy segura.

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