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22 de diciembre de 2013

Pranzo di Natale #02

Ayer sábado arrancamos el día con Emanuele visitando un poco de Tivoli. Digo poco porque estuvimos atascados en el tráfico a la salida de Roma, y a eso de las 12 teníamos que estar en casa de Mauro para el almuerzo.

En el camino pasamos por varias canteras de mármol, ubicadas a los costados de la ruta, y complejos de aguas termales.



En Tivoli se erigieron algunas "villas" romanas, como por ejemplo Villa d'Este, Villa Adriana y Villa Gregoriana. Sobre las villas romanas, dice en Wikipedia:
Sus orígenes se remontan a las villas griegas del siglo V a. C. y aparecen en la zona del Lacio un siglo más tarde. Estas propiedades podían consistir en pequeñas haciendas dependientes de trabajo familiar o por el contrario en grandes propiedades, con trabajadores esclavos, o siervos. En los siglos II y I a. C. se produce un crecimiento económico y la paulatina desaparición de los pequeños agricultores paralela a un significativo aumento de los latifundios. Esto repercute positivamente en las villae, cuya parte residencial pasa a ser cada vez más sofisticada y elegante constituyéndose en magníficas domus.


Apenas pueda volveré a Tivoli para hacer la visita completa a Villa d'Este, y quién dice, hasta imaginarme visitiendo una toga y paseando por magníficos jardines.

De Tivoli partimos a Guidonia, donde vive Mauro, quien estaba preparando un almuerzo pantagruélico para 12 personas. Y cuando digo pantagruélico no estoy exagerando...



Menos mal que teníamos un team de ingenieros para repartir semejante mesa dulce:

Marina, Emanuele y Marco, a las órdenes del comandante Mauro

Marco, Flavia y la que escribe
Barbara y Mauro, nuestros anfitriones


Pudimos experimentar en carne propia la hospitalidad italiana, y el famoso "comer hasta morir". Llegado cierto punto, la gente no soporta más estar sentada, y comienza a charlar de pie, a caminar por el patio, a ver si entra un poco más de aire en los pulmones. Cuando me senté en el auto para volver a Roma, sentí una puntada que me atravesó el torso. Fuerte. Natale no es joda acá.

Ya de vuelta en Roma, aprovechamos para caminar un poco por el centro, desde Chiesa Nuova, tomando Via del Governo Vecchio (muy natalicio todo por aquí, y con varios bares y pizzerías lindos), "cenando" un heladito en GROM (¡increíbles!!), pasando por el Panteon, y dando una vueltita por Piazza Navona.



Cerramos la noche con una copa de vino en Bar del Fico (no se pierdan la intro del sitio web).

La verdad, pasamos un sábado genial, rodeados de gente fantástica. :)

PS: Cuando Emanuele me mande la foto grupal, actualizo el post. Fatto!

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