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10 de diciembre de 2012

Bird Watching

​Dia 8 - Hacienda Barú

Nos despertamos con los aullidos de los Congos que viven por la zona (el aullido del congo puede viajar hasta 1km, así que podría estar en cualquier lado), y salimos a la ruta, para llegar a Hacienda Barú a eso de las 5:45. Nos tomamos un café negro fuertísimo, y arrancamos la caminata con Víctor, nuestro guía del día. 

Por aproximadamente 5 horas, con un desayuno a mitad de camino, recorrimos los senderos que atravesaban un manglar, bosque húmedo, y la playa, buscando cuánta ave se dejase ver. Los ojos y experiencia de un guía en este caso son invaluables, saben dónde encontrarlos, cómo cantan, y qué comen. Y Víctor nos contó de todo, pasando por aves, reptiles, mamíferos, anfibios, plantas y árboles, hasta la historia de la reserva, cómo es que se interesó por las aves (algo nos contó, y después leímos más detalles en su perfil), y datos muy interesantes de Costa Rica. Debo decir que pasamos horas fantásticas en su compañía, no me esperaba algo así, estamos encantados.

Majestuoso en las alturas
Cherrie's Tanager


woodcreeper

el bambú puede convertirse en una plaga
Roadside Hawk

Mirando la tortuga

Tortuuugaa, ¿estás ahí?

Torre de Observación

Boat-billed Heron
Rasquing Time
Apareció el macho alfa de la manada, a amenazarnos agitando ramas. ¡Venimos de Argentina mono, no te tenemos miedoooo!

Summer Tanager
Higuerón con raíces de enormes proporciones.
Nutria jugando a las escondidas
Trogon
Desayuno completísimo, con Gallo Pinto y huevos revueltos
Tucán
el Guanacaste, árbol nacional de Costa Rica
White Ibis

¡la que te engaña!


Banded Owl

Postman
Merecido almuerzo en Dominical
Keyword: #hampa 

9 de diciembre de 2012

Snorkeling en Uvita

Día 7 - Parque Nacional Marino Ballena

El Parque Nacional Marino Ballena se encuentra un poco al sur de Uvita, y se caracteriza por playas desiertas, vírgenes, y con mucha fauna marina. Ocasionalmente se pueden ver ballenas y delfines si se toma un tour en bote, el cual nos pareció caro (usd 65) por las 2 horitas que dura, y no es seguro que uno vaya a ver nada, así que fuimos en modo autoguía.
Llevamos sandwiches y bebida para el almuerzo, mucho protector solar, y la máscara y snorkel para sumergirnos en las inmediaciones de Punta Ballena, una formación de arena y rocas con forma de.... ¡cola de ballena! Cuando sube la marea desaparece la parte que conecta la punta con la playa, pero cuando baja se puede ir caminando.
Vista aérea de Punta Ballena
En la orilla hay cientos de cangrejos de muchos tamaños, y caracoles que se van moviendo muy despacio por la arena mojada.
Cuando termina la arena hay una pared de vegetación bastante densa, con palos de coco, almendros, palmeras, enredaderas, y no sé cuántas cosas más. En el límite de la playa andan los caricacos, o cangrejos ermitaños, llevando su casita de aquí para allá, y escondiéndose cuando uno se acerca. Los cangrejos también se esconden cuando uno se mueve, salen como locos para sus cuevitas, corriendo de costado, y después asoman los ojitos a ver si ya puedn salir, super divertidos son.
Surcos alrededor de las casitas de los cangrejos
¡Hola!

También encontramos varios erizos planos de mar:
Entre los árboles Hernán vió un par de guacamayos rojos en la copa de.los almendros, comiendo y acicalándose. Resulta que eran cuatro; después supimos que suelen explorar nuevas zonas en búsqueda de comida, que viven siempre en pareja, y que incluso pueden morir de tristeza cuando el otro muere. Por las ramas altas andaban también las ardillas, muy ocupadas y, cuando no, apuradas, llevando ramitas con hojas y comiendo almendras.
Y donde hay muchos peces, hay muchas aves comiendo en la orilla y en el agua, como los pelícanos que se lanzan en picada al agua, y alrededor les revolotean las gaviotas esperando ligar algo.

Vista hacia la costa desde Punta Ballena (con la marea baja, obvio)
Cuando bajó la marea caminamos hasta la punta Ballena, y en turnos nos sumergimos para buscar pececillos. No tenemos fotos de lo que vimos, pero estuvo muy bueno, hay peces de muchos colores,  formas y diseños, a pocos centímetros de la superficie.
Ave buscadora de comida
Mamífero bípedo conocido como Aquaman
El sol pegó fuerte hoy: soy un palito de la selva (aunque no tan grave como en arrebatos pasados, por suerte).

8 de diciembre de 2012

Camino a Uvita

Dia 6 - De Jacó a Uvita

Hoy desayunamos en el porch de nuestra habitación, y 7:30 nos buscó un auto para llevarnos hasta el centro de Montezuma. Dejamos las mochilas en la oficina de la empresa que hace el cruce a Jacó, y recorrimos un poquito el lugar, hasta sentarnos a hacer un complemento de desayuno en un bar infestado de blue jays bastante hambrientos y atrevidos, que no podían esperar a que los clientes se levantasen de las mesas para acercarse a robar sobres de azúcar y comerse la mantequilla de los platitos.

Puntual zarpó el bote desde la playita, y en apenas una hora ya estábamos desembarcando en Herradura, una playa llena de familias Ticas muy cerquita de Jacó, con muchos niños chapoteando en el agua.


En otro bote como este cruzamos nosotros.




 Un minibus nos llevó desde Playa Herradura hasta el centro de Jacó, más precisamente al local de Alamo, donde retiramos un carro, esta vez categoría Economy (y sí muchachos, no siempre se puede tanto lujo). Salimos enseguida a la carretera, y hacia el sur nomás. De camino vimos a una pareja de guacamayos volando por sobre el camino, de hermoso color rojo. Manejar por estos caminos puede ser peligrosos con tanta distracción natural. Mientras Hernán maneja yo hago videoclips con los temas de la radio, o voy leyendo en la guía qué hay por los lugares que vamos pasando. Por ejemplo, nos enteramos que Quepos es una ciudad rodeada de plantaciones de palma aceitera; y que antes de Dominical hay una reserva que parece interesante: Hacienda Barú. Paramos para ver qué se puede hacer allí, y nos llevamos la propuesta de hacer avistamiento de aves con un guía. Interesante.

Entramos en Matapalo buscando un lugar para almorzar, y terminamos en la pulpería Los locos del mar. Básicamente era un bar/restaurant abierto (casi todos son así aquí,¡ es que nunca hace frío!), con una barra donde algunos tomaban cerveza y veían fútbol italiano en la TV, y otros bailaban merengue bien pegadito y sabroso. Hernán se pidió un casado con pollo, y yo un arroz con camarones, todo muy rico.

Casado con pollo

En Uvita dimos un par de vueltas hasta encontrar el hostel Cascada Verde. Habíamos leído en la guía que era un lugar de habitaciones básicas, con un espacio para meditación y yoga, pero no nos esperamos algo tan distinto a lo que estamos acostumbrados. La verdad que nos pareció un lugar fantástico, con una terraza abierta que mira hacia un jardín lleno de plantas y flores, con una pequeña lagunita en el centro. El área de cocina y mesas también es abierta, y la primer noche compartimos una cena con los dueños y el resto de los pasajeros, en una mesa iluminada con velas. ¡Beautiful!

Hostel Cascada Verde

Mañana tenemos pensado ir al Parque Nacional Marino Ballena, a observar los animalitos de la zona, y a snorkelear un poco más.